viernes, 4 de noviembre de 2011

Debates estériles que hastían

PP y PSOE, salvando matices y particularidades que emanan del sentimentalismo y no de ejes programáticos, son el mismo perro pero con distinto collar. A la hora de analizar si un partido es de izquierdas o de derechas, uno se olvida de siglas y de historias y analiza los hechos; y los hechos nos dicen que ambos, PP y PSOE, son de derechas porque ambos coinciden en las cuestiones fundamentales, especialmente en las económicas. Baste un ejemplo: PP y PSOE han aprobado en el Parlamento Europeo el 70% de las leyes conjuntamente. Ahora hacen el paripé y se pelean, tomando el pelo al público de este circo mediático, pero luego cometen todas las leyes juntitos de la mano. El PP está repleto tanto de chorizos incapaces de elaborar una propuesta alternativa mínimamente seria como de nostálgicos de José Antonio. Del PSOE se puede decir muy poco que no se haya dicho ya... Creo que fue Lenin (y Jesucristo!) el que dijo que a la gente de izquierdas había que mirarla a las manos y no a la boca, es decir sus hechos y no sus palabras. Que sigan profanando el nombre del socialismo y de Pablo Iglesias, que decía cosas tan interesantes como éstas, es una vergüenza:
 Nosotros hablamos con mucha claridad a los nuestros; y cuando les decimos que hay que poner la mano sobre la riqueza para transformarla, les hacemos notar que habremos de transformarlo por medio de la revolución, esto es, por medio de la violencia. Y como en la violencia están comprendidos el fusil, el puñal, la dinamita, etc., a nosotros se nos aplicará el artículo 55 [...] Si ahora nos cerráis el camino, ni nos amilanaremos ni nos cruzaremos de brazos; iremos por el otro; seremos terroristas; y estad seguros que no lo seremos de boquilla, de que daremos la cara.

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